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La conquista de México

iego Velázquez, gobernador de Cuba, sentó las bases para la conquista de México. En 1517 y 1518 Velázquez envió expediciones encabezadas por Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalba que exploró las costas de Yucatán y el Golfo de México.

Velázquez encargó a Hernán Cortés que equipase una expedición para investigar las historias que hablaban de una gran riqueza en la zona. Gastando su propia fortuna y una buena parte de la de Velázquez, Cortés salió de La Habana en noviembre de 1518.

Cortés desembarcó en México y se liberó del señorío de Velázquez, fundando la ciudad de Veracruz y estableciendo un consejo municipal (cabildo), que a su vez le facultaba para conquistar México en nombre de Carlos I de España. Mientras tanto, a los nativos de la ciudad de Tenochtitlán llegaban los rumores de que habían divisado barcos tan grandes como casas, renaciendo a la vez la profecía del inminente regreso del dios Quetzalcóatl.

Sospechando que México era un reino fabulosamente rico, y ​​que al gobernante azteca Moctezuma le embargaba la superstición sobre las profecías y el supuesto dios que se haría presente, Cortés se adentró en el centro de México con sólo 500 soldados pertrechados. Aunque los aztecas pronto comprendieron que los españoles no eran dioses, y que los invasores y sus caballos podrían ser derrotados en batalla, el desastre se acercaba para ellos.

Para el 13 de agosto de 1521, Cortés había tomado la ciudad de Tenochtitlán, culminando una campaña brutal de dos años. Su éxito fue el resultado de una combinación de factores: la sospecha inicial de Moctezuma de que Cortés era un dios que regresaba; las habilidades de Cortés como  líder y diplomático; las poderosas armas que para los indígenas suponían las ballestas, mosquetes, espadas de acero, y el blindaje metálico de los caballos y los perros (que estaban todos entrenados para la batalla); las enfermedades europeas que resultaban mortales par los indígenas americanos al carecer de inmunidad; y la ayuda de la intérprete (amante de Cortés), doña Marina (La Malinche).

Lienzo de Tlaxcala, donde La Malinche hace de intérprete entre Hernán cortés y Moctezuma (Wikimedia Commons)

Otro factor, especialmente importante en el éxito de los españoles era el odio de las tribus que habían sido conquistadas por los aztecas, y la capacidad de Cortés para atraer a estas tribus como aliados, lo que significó que miles de guerreros indios se unieran a la invasión española. Sin ellos la conquista española no habría tenido éxito, al menos no en ese momento.

Por otra parte, la captura de Moctezuma por Cortés lanzó a los aztecas hacia el caos; el pueblo reaccionó contra su rey cuando desde un balcón intentaba contenerles a petición del conquistador. Moctezuma, con su liderazgo muy decaído terminó muerto durante un suceso violento, al parecer alcanzado en la cabeza por una piedra.

Hernán Cortés y Moctezuma, representados como guerreros ataviados con la indumentaria de la época

A pesar de una defensa heroica y los esfuerzos de los dos últimos reyes aztecas, Cuitláhuac y Cuauhtémoc, Tenochtitlán fue sitiada y destruida. Sobre las ruinas todavía humeantes de la ciudad, los españoles comenzaron a construir una nueva capital, con la construcción de una catedral cristiana sobre las piedras del templo de Huitzilopochtli.

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